COLEGIO PÚBLICO DE INFANTIL Y PRIMARIA

AZORÍN RESIDUOS CERO


Estimadas familias la semana pasada hicimos la foto de la vergüenza. Nuestra salida de senderismo para recoger restos de basura resultó algo diferente a lo esperado:

“Por ese camino apenas hay nada”, contestaba una maestra al entregarle un par de bolsas de basura. 

“Mejor” dije yo, “eso significa que está en buenas condiciones”.

No habíamos recorrido ni la mitad del trayecto cuando tuve que volver a por el coche para empezar a echar bolsas, y volver a hacer otro viaje. 

Durante esta semana, el reciclaje, el senderismo y la vida sana han estado presentes en nuestra escuela. Los niños de infantil han realizado todo un día de talleres repleto de actividades para iniciarlos en el reciclaje, en el cuidado de nuestro planeta, en la vida saludable, etc. Podéis ver dichas actividades en esta entrada del blog.

INFANTIL POR LA VIDA SALUDABLE.

Por su parte, los alumnos de primaria realizaron una salida de senderismo, y recogida de residuos, que pretendía ser algo accesorio. Resultó lo contrario. No dábamos un paso sin percatarnos que, entre las flores, había restos de basura. 

Plástico. 

Insectos, caracoles pegados a latas, botellas, mangueras, ropa usada, miles de bolsas, … Un ajuar de incalculable valor esparcido por todos nuestros campos. Tras tres coches llenos de basura decidimos llamar a la televisión, pues, al día siguiente, iba a ser mucho más completo, con los alumnos de 4º a 6º. 

Y así fue cómo se fraguó la foto de la vergüenza

Varios cientos de kilos que nuestros heroicos hijos eliminaron de la tierra donde paseamos, donde cultivamos, donde disfrutamos del entorno. Sobran calificativos. Falta educación y moral. Sentido común a capazos como los que sacamos. Realmente no sabemos qué falta. Falta mucho todavía para entender que vivimos rodeados de basura. Basura en la tierra, basura en la televisión, en la música que escuchamos, basura en los móviles, … Si esa basura se quedase tras una barrera invisible… Pero no es así. Al igual que la televisión entra en las cabezas de nuestros hijos, estos plásticos, y otros desperdicios, van entrando poco a poco en nuestra cadena alimentaria y en nuestros cuerpos. ¿Nos volveremos basura? ¿Seremos la futura sociedad de la basura? 


A veces, como padre, pienso: ¿qué queremos decir con aquello de que lo que más queremos es a nuestros hijos? ¿Cómo encaja esta frase con el mundo que les estamos dejando, con los valores que les inculcamos? 

¿Queremos tanto a nuestros hijos? ¿Estamos dispuestos a reducir nuestra comodidad diaria para lograr dejar un planeta medianamente habitable? ¿Estamos dispuestos  a enfrentar la realidad de que estamos dejando las cabecitas de nuestros hijos a la deriva del capricho televisivo e internáutico? 

Basura. 

Para desayunar, para comer, para cenar. Para dormir, para entretenerse. Basura para que no me molestes mientras comes, basura para que te calles, basura porque los demás lo hacen, basura porque qué más da, si ya está todo muy sucio, basura porque alguien vendrá a limpiarlo. Basura porque te quiero, hijo mío. 

La esperanza.

De esa hay poca, pero hay. Lo vimos la semana pasada: un grupo de chicos y chicas reivindicando su futuro. Vayamos a lo urgente: hay que reducir residuos, hay que reciclar y hay que reutilizar todo lo posible. Hay que exigir que los gobiernos actúen. La esperanza es que la acción de 150 alumnos mueva a otros 100. Y esos 100 muevan 100 más. Y así logren hacer que nos muevan a todos. 

¿Y qué puedo hacer yo? Pues aquí van unas ideas.

  • Sal a pasear por el campo con una bolsa y un guante en el bolsillo. La llenarás, y no esperes que lo haga otro por ti.
  • Si has de comprar algo, elige el envase de vidrio o lata frente a plástico. Será más caro. Nadie dijo que fuese fácil. Muchos dirán que producir envases de vidrio produce más CO2, pero el vidrio es reciclable y no contamina como lo hace el plástico. Son cosas distintas.
  • Recicla. Aunque no tengas fe en que detrás haya una empresa responsable. Reciclemos y exijamos que se cumplan los contratos.
  • Reutiliza. Sí, muchos envases pueden reutilizarse: macetas, tuppers, manualidades: tú decides!
  • Dejemos de darles a nuestros hijos agua con azúcar. Eso incluye los zumos de “frutas”. La fruta se muerde y no contamina. Al revés, es un compost fantástico. Os invito a leer a nutricionistas lo que piensan de los zumos.
  • Una alimentación sana es, además, más ecológica: NUTRICIÓNISTA SOBRE ALMUERZOS
  • Tira las cosas que no uses en el ecoparque. Es gratis, está en la vaguada y un señor muy amable se ocupará de ayudarte con la tarea de separar residuos. 
  • Prescinde de cosas innecesarias. Serás más feliz, irás más ligero por la vida.
  • Valora tu entorno. Seco, sí. Árido en ocasiones, pero repleto de diversidad y vida. Aprecia su belleza, y disfrútalo. 
  • Enfréntate al que no respeta. Habla claro con aquellos que ensucian. Denuncia aquello que es denunciable. Por nuestros hijos, coraje.
  • Actúa ya. Hoy es tarde.



Escribí este texto hace tiempo. Jamás hubiese pensado que poco más tarde, recibiríamos la noticia de que quien más nos ayudó a sacar desperdicios se ha marchado. Aunque tarde, gracias Toni porque sólo tú eras capaz de traerte en un remolque un Buggy, cargar basura toda la mañana, volver a cargar el vehículo y devolverlo en la otra punta de Cartagena y luego irte a trabajar. Lo hiciste por el colegio y porque eras tú. 

Los que habéis aguantado hasta el final mi apocalíptico discurso, ahora sí, aquí tenéis el gran vídeo que ha hecho nuestra compañera Lola Urbán y muchas más fotos:







































































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